Hoy te vi partir de mi vida para siempre.

Al menos, de esta vida.

Besémonos el tiempo que sea insuficiente, para que así nos amemos el que nos quede.

Lo he vivido.

Es loco.

Enfermo.

Desquiciante.

Si no te amas a ti mismo, no puedes amar así.

Y entonces me dirigió aquella mirada sincera, aquella que se entrega sin palabras.

Sus ojos brillaban, sus labios se entre abrian, su melena ocultaba sus mejillas. 

Era ella, sí, era era.

Por fin, por fin, podía besarla en calma.

Alguien en algún lugar del mundo, me ama.

Quizás más de lo que yo me amo en este momento,

Quizás más intensamente,

Quizás solo me ama como sabe amar.