Si no me creo el cuento, nadie lo hará por mi ;)

Y entonces, me presentaron al miedo, en medio del glamour, bajo el bullicio de historias exageradas y comentarios que no venían al caso. Tomó mi mano y caminamos en silencio, hasta el punto en que la música nos detuvo. Sus ojos reflejaban mis labios y con ello sabía que leía más de mi de lo que yo suponía entregar. El miedo me conocía desde antes, desde aquellos días en que dormía con la cabeza tapada, evitando saber cuando apagaran la luz. Desde aquellos días en que caminaba de prisa evitando calles solitarias. Desde antes de mi, el miedo estaba ahí, mirándome crecer, alistado para nuestro enfrentamiento, sereno, confiado en sumar preseas doradas a su favor. El miedo se movía con elegancia, arrogante, sonriente. Yo sonreí ante mi reflejo, reí y lloré al mismo tiempo. El miedo se detuvo, entendió el mensaje sin palabras directas. Me dejó en medio de la fiesta. Era mi fiesta. Dejé de sentir miedo, y volví a serlo.

(In)Visible

Es increíble cómo en el día, desde el despertar, hasta la hora de obligarnos a dormir, la percepción del mundo puede teñirse tanto de tristezas. Es como si el estar despiertos perdiera sentido y el dormir nos aislara de lo que no queremos sentir. Quizás yo quiero sentir, y al no sentir lo que quiero, prefiero pasar a otro estado mental, en donde lo difuso es real y lo real es ilusión. Tal como leí una vez, dormir ya no es para descansar, es para aislarnos del mundo. 

Hoy estuve alegre, buena sesión, conectarme con mis momentos de felicidad, pero llegar a casa y encontrarme conmigo misma, con la Cami que solo partes de mi conocen, con la que se aburre, la que se cansa, la que fuma por la ventana, la que quiere una cerveza, con la Cami que me dice "oye, estoy aquí, aburrida, haz algo por nosotras", es entristecedor, en especial cuando me preguntan "qué pasa", y no poder decir "yo estoy bien, Cami está un tanto aburrida y comparte su molestia, es todo", ocultar parte de mi, a mi, a los demás, ni yo entender que ocurre. ¿qué quieres Cami? ¿o debo decir Kmy? No lo sé, ni yo lo entiendo, me saboteo a mi misma. Quiero belleza y me hundo en una imagen que debe ser segura o es invisible. Ser invisible, demasiadas películas, aún más libros y todavía no alcanzan a compensar la realidad. Soy invisible, eso debe ser, soy invisible.

Si no existe la muerte por soledad, que alguien me explique por qué la gente camina sin mirarse a los ojos, se prefieren las relaciones sin apegos y existen las cenas congeladas para uno.

¿Y qué podemos hacer por nosotros mismos? 

Solo continuar, no por los resultados, no por las consecuencias, solo por la experiencia, porque de eso se trata la vida, sumar experiencias, sumar y sumar. 

¿Y si restamos?

Pues restemos los malos momentos, no olvidandolos, sino que no viviendolos.

Y así es como todo se resume a una botella de ron vacia guardada en un cajón.

Mis noches de hierba se fueron hace mucho, y tú con ellas.

No es la falta de amor, no es la falta de tiempo, no es la falta de querer hacerlo, son solo cosas que ya se fueron.