viernes, 8 de mayo de 2015

Gracias a aquellas conversaciones que contribuyen a que haya sido uno de los días más raros en mi vida, es que me siento con más ganas que la cresta. Ganas de terminar mi carrera, sacar adelante la lesión de mi mano, volver al deporte y seguir sanando en cuerpo y alma. Lamentablemente la conversación no tuvo un final feliz, ni grato, ni de cooperación hacia ambas partes.
No quería herirte, te juro que no, de hecho no me explico del todo como surgió el mal entendido. Ya no creo que leas esto, pero quería agradecerte los momentos de risa, me animaste, ojalá yo hubiera podido hacer lo mismo, pero tu no querías, de hecho sacrificaste parte de tu bienestar con tal de hablar.
A pesar de que no creamos en que las buenas intenciones mueven el mundo, te deseo lo mejor. Garra con el deporte, es una adicción saludable.

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