domingo, 13 de septiembre de 2015

Hábitos

Ya varias personas se han interesado en mi nueva forma de vida, en cuanto alimentación y actividad física. Quizás los cambios no son tan notorios físicamente, pero me siento más vital. 
Los cambios a veces pueden ser muy duros en primera instancia, no obstante es un cambio necesario y que debe poco a poco pasar a ser un hábito muy común en la vida.
A mis 26 años, ya he estado al limite de la muerte por el tema del "peso", y por querer tener una imagen aceptable para el resto... ERROR! Lo importante siempre fue mi salud, pero era tan niña que no lo veía.
He realizado innumerables dietas, desde las restrictivas totales, las absurdas, las que te mueres de hambre, la que te da bajones, la que no te enseña nada y al final vuelves a comer mal y peor.... y además de recuperar el "peso" perdido, lo aumentas. ¿Por qué digo peso entre comillas? porque es un error garrafal empezar una dieta por el "peso", lo importante son los indices de grasa, masa muscular, agua y en algunos casos, densidad ósea. Muchas personas creen que al bajar 2 kilos en una semana están bien.... pues no, es la retención de líquidos, tu cuerpo empieza recién a desintoxicarse.... Lo recomendable es un examen de bioempedancia.
No existen dietas milagrosas ni secretos mágicos, a lo más frutas y verduras que te ayudan con la hinchazón, la retención, el ph corporal, pero no, y enfatizo, no disuelven la grasa localizada. La grasa se debe trabajar a cuerpo completo, con ejercicios que activen el sistema cardiovascular, y es entonces, paulatinamente, que el cuerpo entiende que estamos necesitando de las reservas, ya sean de la papada, los brazos, las piernas, las caderas o la barriga.
No es primera vez que leeran esto, pero lo más difícil es comenzar y mantenerse jeje, pues sí, el organizarse en este mundo de exigencias no es sencillo, pero al menos intentarlo, es un logro.

¿Cómo empezar?
Pues yo empecé por bulling, pero no deben esperar a eso jajajaja. Un ejercicio que recomiendo es mirarse al espejo y reflexionar de como ha sido mi salud desde que nací hasta ahora, recordar, por doloroso que sea que quizás no me he sentido cómoda conmigo, me cuesta agacharme, me cuesta mantener el ritmo durante el día, me cuesta mantener relaciones sexuales satisfactorias, no me siento atractiva, la ropa no me luce. Pero que seamos nosotras quienes seamos capaces de verlo.
Otra ejercicio es ir a las sedes vecinales o a los gimnasios comunales, porque muchas veces la curiosidad nos puede llevar a conocer gente motivada, que pone de su parte para los cambios, y entonces ¿por que yo no? y así también conocemos personas en la misma sintonia, lo que hace m´pas fácil el mantener el ritmo.

¿Qué hacemos después?
Mirar mi plato.... Las investigaciones indican que el 80% del cambio de vitalidad está en nuestro plato y el 20% en la actividad. Por tanto, es demasiado importante saber qué, cómo y por qué comemos lo que comemos. Una vez un coach me dijo "preocúpate de nutrirte, no de las calorías", y le encontré muuuucha razón. Quizás comer un kilo de lechuga al día no me aporte calorías, pero necesitamos más nutrientes, y el secreto está en la variedad (esto último lo aprendí de los veganos).
No es necesario pasar hambre, ni mucho menos comer hasta vomitar. Me han dicho que "cerrando el hocico" se soluciona el problema, pero no es así, pues yo digo que nuestra boca no debe cerrarse, sino, ser selectiva. No está mal comer pizza una vez, o dos o tres al mes, ¡pero no toda!, con dos trozos es suficiente, o un trozo, un vaso de refresco y una porción del acompañamiento. Las papas también son deliciosas, sobre todo fritas, pero si las cocemos y las doramos en el horno ¡mama mia! Descubrí uno de los mayores inventos de la humanidad: las papas doradas al horno.

¿Cómo mantenernos?
Tiempo al tiempo, que llueva, que florezca, que caigan las hojas, que se sequen, que vuelva a llover... No decir "el lunes empiezo" ni "me cuidaré esta semana" ni "verano sin polera" ¡NO! si quiero cambios, es porque quiero una vida mejor, no digo que nunca más podrán comer fritanga o jamás dejar de trotar, no, solo digo que si como bien cada día y me dedico para mi aunque sea media hora de actividad física, me estoy ayudando para siempre. Pero para siempre no quiere decir que deban obsesionarse y cada día correr más y levantar más peso o comer cada vez menos, no, no, no, a su ritmo, tienen derecho a cansarse, a estar enfermos, a conocer su limite y jamás olvidar el descanso mínimo del organismo. No porque algunos se crean máquinas ustedes también deben serlo, no, somos seres sintientes y debemos conectarnos con nuestro cuerpo y alma, quizás un día no trotemos, no levantemos pesas, pero sí elonguemos, o meditemos, o leamos un libro o durmamos o prefiramos pasar esa tarde con nuestro alguien especial. Somos seres sociales e idealmente el cuidarnos los unos a los otros debe ser contagioso.

¿Y desde ahora qué?
Pues nada, bienvenido/bienvenida, los cambios comienzan cuando tu quieres que así sea, habrán recaídas, lesiones, malos ratos, alegrías, pero por sobre todo, te sentirás mejor. Y sí no te sientes mejor jeje pues quizás es otra cosa la que necesitas, pero al menos yo, desde que mi boca es selectiva y dedico tiempo a ejercitarme, me he sentido mucho mejor conmigo misma y mi entorno, y quienes alguna vez me molestaron hoy andan babosos tras mis nalgas jejejeje.

Cami

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