Aquel día dejó de abrasarme apegado a el,
se despertó mas dormido de lo habitual,
se levantó cansado,
se sentó a los pies de la cama,
tocó su rostro sabiendo que no quería salir de aquella habitación, mucho menos vestirse...
Empaticé su cansancio....
recorrí la cama hasta llegar a el,
lo acaricie unos segundos,
bese su espalda callando mis palabras.
nos sonreímos,
nos vestimos.
y ese fue un "adios".
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